Comida toscana, Italia en Bogotá

Para sentirse en Italia no hace falta pagar un pasaje de vuelo internacional.

Basta con llegar a la calle 79B número 8 – 61, sentarse en una mesa de mantel a cuadros, entre un jardín de enredaderas o ante la chimenea, degustar una pasta tagliatelle en base de queso emmental, disfrutar una copa de vino Brunello di Montalcino a la luz de las velas, escuchar los violines de la ópera napolitana al fondo y olvidarse que está en Bogotá.

Si quiere acentuar tal impresión puede conversar un rato con Gianni Imbastari; un romano canoso y bronceado de 70 años, que solo habla italiano pero que, con mucha gracia, se hace entender en español. Él es el propietario del restaurante Il Tinello, enclavado entre árboles y palmeras que parecen proteger este pedacito de Italia al norte de Bogotá.

Don GIanni al fondo

El tagliatalle en creación, ante ojos de don Gianni... Foto: Jaime Jiménez

Ambiente íntimo
Lo más probable es que lo encuentre sentado en el vestíbulo, frente a un panal de botellas y corchos, una prensa de madera llena de trozos de leña y una bandera de más de 150 años. El aviso del lugar, sobre un tablón envejecido, apenas se nota en la calle de Los Anticuarios.

Adentro, Otoniel Murillo, 50 años, jefe de meseros, le mostrará una carta con especialidades como: Ossobuco de ternera, una parte de pierna de la res en verduras y salsa vino tino con risotto a la azafrán, por $34.500. Podrá presenciar una preparación con visos de espectacularidad por parte del chef si pide el plato principal de la casa, el tagliatelle, por $27.500.

Puede optar por uno de los preferidos tradicionalmente, el risotto ai funghi porcini, una exquisitez ligada a la vida campesina italiana, servida en un molde de queso parmesano, a un costo de $29.900. Este lugar hasta hace 4 era tan solo una enoteca. Ahora, ofrece una completa gama de platillos de cocina «italiana toscana de antaño, no moderna ni contemporánea», dice Fabio Rodríguez, 38 años. Es el chef, y aunque nació en Bogotá, durante cuatro años recibió formación culinaria de los dueños del restaurante. Recién llegado a Colombia, Imbastari lo fundó con su socio Leonardo Salviatti, fallecido hace dos años. Ambos sabían cocinar muy bien.

Imbastari asegura que es tradición en su país de origen, que «todos los hombres saben cocinar bien». Así surgió la idea de inaugurar un lugar especializado en la comida de su tierra, por una mezcla de melancolía y de respeto hacia esa tradición.

María Cecilia Arias fue la diseñadora de interiores. La responsable de los pisos de madera reluciente, las lámparas de cálida media luz, las sillas de cojines crema y las pinturas de planicies y bosques italianos. «Medio toscano, medio romano, para conservar todo a la memoria de Leonardo». La atmósfera, entre tapias, barriles y flores que incitan al romanticismo, parece extraída de un cuento de hadas. «El 70% de nuestros visitantes es conformado por parejas».

El lugar es frecuentado por varias personalidades de la ciudad. Pero además, Imbastari precisa que llega «mucho cliente extranjero. Para el italiano es muy difícil comer afuera, prefiere cocinar en casa, pero aquí tiene un sitio especialmente italiano».

El propietario del restaurante explica que el nombre es en honor a una especie de bodegas tradicionales, que se solían utilizar antiguamente en Italia. Eran cuartos que quedaban al fondo de los restaurantes, que se llenaban con bloques de hielo para almacenar los alimentos.

Desde que adquirió la casa donde funciona, adecuó una cava especial para vinos exclusivamente italianos. En el lugar se manejan 20 cepas de vino italiano. Hay botellas desde los $30 mil hasta los $425 mil. Raboso del Piave y Marchese Antinori son algunos de los nombres más selectos. A la antigua casa Imbastari le instaló también neveras. Así, puede ofrecer para finalizar una velada italiana Dolci Torta di castagne con gelato, a $15.900. «Helado», resume el chef Fabio.

Con ingredientes importados de Italia
En el restaurante Il Tinello trabajan en total 15 personas, con un personal distribuido entre meseros y cocineros. El propietario del establecimiento, Gianni Imbastari, sostiene que la inversión que se ha hecho en este sitio se ha producido durante tantos años, que no resulta sencillo calcularla. Los platos se preparan con ingredientes directamente importados de Italia. En el restaurante hay capacidad máxima para 80 clientes. Está abierto de lunes a sábado desde las 12 del mediodía hasta las 11 de la noche, y los domingos atienden hasta las 4 de la tarde. Por las reservaciones no hay costo adicional, solo se cobra el consumo. Los viernes suele haber música en vivo.

 

Por Iván Bernal Marín

Publicado en el diario La República
el 24 de mayo de 2011
http://www.larepublica.com.co

Acerca de Iván Bernal Marín

Editor y periodista con estudios en filosofía. “La libertad del cronista permite contar mejor la verdad”, EMcC.
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