Pisos de madera, sillones de cuero vinotinto, whiskys, aroma a menta y un único sonido: un piano suave, marcando el ritmo de una canción de jazz. Que la elegancia no lo confunda, esto es un spa. Aquí se hacen manicures, pedicures, masajes, cortes de cabello; pero no hay ruido de secadores ni vecinas intercambiando chismes. Esto es La Bar B.ría. Y más que un spa exclusivo para hombres, se trata de un santuario para la relajación masculina.
Así lo describe uno de sus socios, Simón Martelo, gerente de marca. “Era algo que faltaba en Colombia. Un espacio que los hombres pudieran tener para venir a relajarse, con todas las cosas que les gusta dentro de un lugar privado, para encontrarse sin sentirse intimidados”, dice. La importancia de la discreción se refleja incluso en la ubicación. El spa queda al final de un callejón, en la carrera 11 número 84 – 40 interior 9, del norte de Bogotá.
La explicación al nombre del lugar está en su segundo piso, tras subir por una escalinata negra y brillante. Se encuentran 8 estaciones de peluquería separadas entre sí por paneles blancos, de las cuáles cuelgan fajas de cuero destinadas a conservar el filo de barberas. El lugar fue concebido en torno a la afeitada con este tipo de navaja. Una antigua tradición masculina, combinada aquí con tecnología y técnicas modernas de relajación.
Allí, barberos expertos como Alfonso Martínez celebran “un verdadero ritual de afeitada”. A las espaldas, un gran ventanal deja entrar luz matizada por el verde de un jardín de enredaderas, mientras rodea con una toalla caliente las barbas de los clientes. Luego aplica aceite caliente mentolado, que ayuda a anestesiar la piel y resbalar la cuchilla. Espuma y la primera pasada hacia abajo, en sentido de la barba. Otra toalla caliente, espuma y una pasada hacia arriba. Al final, una toalla fría para cerrar los poros y after shave. ¿El valor?, 40 mil pesos.
Como en todos los servicios de La Bar B.Ria, el cliente recibe un trago de cortesía. Puede ser licor, café o aromáticas. Como todos los servicios de La Bar B.Ria, se prestan de 9 de la mañana a 9 de la noche, de lunes a sábado, con instrumentos y equipos completamente esterilizados.
No obstante, los servicios más solicitados son los cortes y las sesiones de relajación. Dos peluqueros expertos ofrecen lo último en tendencias en cortes y peinados. Pero antes de empezar con la tijera, realizan un masaje capilar con aceite y sitúan una toalla caliente con aromaterapia sobre los ojos del usuario, por cerca de 8 minutos. Cuesta 40 mil pesos.
Las sesiones de relajación toman alrededor de 90 minutos, por 90 mil pesos. Son realizadas por terapeutas mujeres, como Brenda Garrido, en el primer piso. “No hay máquinas de reducción, cosas para celulitis, nada de eso. Este es un centro de relajación, no de estética”, explica Martelo.
Los clientes cuentan con 12 lockers para almacenar sus pertenencias. Comienzan con 15 minutos de baño turco, para desintoxicar el organismo; después, duchas con 7 salidas de agua Jet. Luego acceden a una de las cuatro cabinas de masajes; independientes, con tina, control de iluminación, temperatura y volumen de la música a su gusto.
Por 30 mil pesos pueden acceder al servicio de manicure o pedicure, brindado también por mujeres. Reciben además un masaje y exfoliación. “Es con esencias mentoladas, cítricas y lavanda, que son muy frescas, masculinas y relajantes. Acá nada huele a frutas o a flores”, precisa Martelo.
Ante los sillones, una gran pantalla presenta partidos de la Champions League, la Serie A de Italia, la Liga Española y la Premier League de Inglaterra. Como refrigerios, quienes lleguen a cambiarse el look pueden recibir receta especial de papás, garbanzos fritos, pasabocas de salmón o salami.
“Todos los servicios están adaptados a como el hombre le gustaría que fuera – explica el gerente de marca de La Bar B.ría – No se trata del corte ni del manicure, que siempre va a ser bueno, sino de la experiencia en sí”. Por eso insiste que la restricción en la atención a las mujeres responde a que “no van a encontrar lo que a ellas les gusta, no es un tema excluyente”.
No obstante, asegura que a las mujeres les encanta, para mandar a sus esposos e hijos. Hay un bono de regalo que incluye corte, manicure y pedicure por 95 mil pesos. Otro es el Paquete Completo, que incluye también afeitada y terapia relajante, por 180 mil pesos. Por último, el bono Bar B.ría & Friends por 400 mil pesos; además de todos los servicios del spa, comprende una alianza con la camisería Boden, que confecciona al cliente una camisa artesanal sobre medida.
Y si llega acompañando a alguien, o está esperando turno, en el segundo piso encontrará una larga barra marrón, lo suficiente apartada de las estaciones de peluquería. A un lado, un televisor y las últimas ediciones de revistas como Esquire, Times, Newsweek entre otras; al fondo, botellas de Buchanan’s, Ron Zacapa, Jhonny Walker, cervezas importadas y otras líneas de tragos Premium. El valor de las copas fluctúa entre los 12 mil y 19 mil pesos. La Bar B.ría también funciona como Jazz Bar, sí sencillamente quiere llegar con un grupo de amigos a relajarse de otra manera.
Arquitectura de lujo
La Bar B.ría contó con el diseño de los prestigiosos arquitectos Gian Carlo Mazzanti y Felipe Mesa. Le dieron una atmósfera “muy masculina, a la vez moderna y clásica. Clásico en el uso de colores y espacios, pero el diseño bastante moderno, con líneas rectas minimalistas”.
Por Iván Bernal Marín
Publicado originalmente en el diario La República, el 23 de marzo de 2011
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